Esta área hace referencia a la progresiva construcción de la propia identidad del niño o la niña, el descubrimiento y el control de las emociones y la adquisición de manera progresiva de la autonomía personal con la interacción social y su entorno social, físico y cultural.
Los niños y las niñas emprenden un largo camino desde la dependencia absoluta a la autonomía individual y social.
Desde la indiferencia y confusión inconsciente de la existencia de las demás personas y de que es necesario tenerlos en cuenta.
Los niños, necesitan establecer vínculos afectivos con personas adultas de referencia, que les permitan sentirse protegidos, aceptados... así pues, los pequeños experimentan la sensación de estar en un medio seguro y ésto será favorable en su desarrollo afectivo y social.
Cabe destacar que la autoestima que desarrollan los niños y las niñas es, en su mayoría, la interiorización del apego y confianza del cual es objeto él mismo.
En la escuela debemos fomentar que los niños vayan adquiriendo y construyendo una imagen ajustada de sí mismos, desarrollando una autoestima positiva que les permita tomar conciencia y valorar sus propios logros y dificultades, así como sus fracasos limitaciones.
Los niños y niñas, irán poco a poco enriqueciendo la imagen de sí mismos a través de las experiencias con el entorno social y natural que los rodea.
Sería interesante mencionar los dos bloques en los que se organiza esta área y así comprobamos la claudicación de lo antes comentado.
El primero, se refiere a la construcción paulatina de la identidad y el segundo, al desarrollo de la autonomía a través de la vida cotidiana y el juego.
Por último, me gustaría hacer referencia a algunos de los objetivos que se persiguen en esta área.
- Formar una imagen positiva y ajustada de sí mismo mediante la interacción con iguales y personas adultas.
- Reconocer e identificar sentimientos, sensaciones, necesidades... ampliando sus recursos de expresión.
- Participar en la satisfacción de sus necesidades básicas de manera más autónoma.
- Descubrir el placer de actuar y colaborar con los iguales. Aprender a respetar las normas de grupo y adquirir actitudes y hábitos propios de la vida en un grupo social amplio.
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